La tarde mira al agua,
azul,
y el agua es toda la tarde,
azul.
¿Nada más?
Y el pajonal bajo y pálido
y la arena y el prado
con el ganado lejano?
Nada más.
El agua azul, la tarde azul.
Un parpadeo azul,
un amor azul.
¿Quién danza dentro o se va?
Se va, y bajo las chispas
del tiempo azul,
una huida melancólica.
¿Y el verde infantil, el verde?
Oh, es un doliente ir, por qué?
La soledad de verde y azul
anhela quién sabe qué bajo el sol.
Esta es el alma, amigo,
en dos notas tendida, y suspirando
bajo un aire de diamantes
y de vuelos altos, altos...
-La brisa profunda- 1954
Juan L. Ortiz
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