martes, 6 de octubre de 2015


Si tienes un arroyito 

Si tienes un arroyo pequeñito en el pecho

donde brotan tímidas flores

y ariscas aves bajan a beber

entre sombras que tiemblan,


y tan callado fluye

que nadie lo sospecha

pero tú bebes cada día en él

tu sorbito de vida,


guárdalo en marzo cuando los ríos se desbordan

cuando la nieve corre

por la colina abajo

y la crecida arrastra puentes,

y más tarde, en agosto

cuando el prado esté perdido,

cuida que este pequeño arroyo vivo

no se seque un quemante mediodía.

Emily Dickinson

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