domingo, 3 de enero de 2016


El viento

El viento hace cosas de niños,
por eso se pone a jugar.

Puñados de polvo levanta,
desgaja una rama al pasar;
se trepa a la copa de un árbol
y en ella se pone a bailar.

Sus pies tienen alas ligeras
y corre de aquí para allá.
No quiere quedarse tranquilo:
le gusta moverse y andar.
Conoce las sendas del campo.
Conoce las sendas del mar.

La rosa del viejo molino
comienza a girar y girar.
Se doblan los álamos verdes,
se inclina a la tierra el trigal;
veletas con gallos de lata
se mueven de aquí para allá.

El viento hace cosas de niños;
no quiere dejarnos en paz.


Gaspar L. Benavento


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