El viento
El viento hace cosas de niños,
por eso se pone a jugar.
Puñados de polvo levanta,
desgaja una rama al pasar;
se trepa a la copa de un árbol
y en ella se pone a bailar.
Sus pies tienen alas ligeras
y corre de aquí para allá.
No quiere quedarse tranquilo:
le gusta moverse y andar.
Conoce las sendas del campo.
Conoce las sendas del mar.
La rosa del viejo molino
comienza a girar y girar.
Se doblan los álamos verdes,
se inclina a la tierra el trigal;
veletas con gallos de lata
se mueven de aquí para allá.
El viento hace cosas de niños;
no quiere dejarnos en paz.
Gaspar L. Benavento
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