domingo, 5 de junio de 2016



(...)

...¿Ves esa niebla que anda como desprendiéndose del río, la ves ahora, casi rodando el suelo, acariciante y huidiza sobre los pajonales secos, amarilleado por la escarcha de un otoño desmedido? Son nubes, nubes que han bajado, cansadas de tanto movimiento puro, sin apoyo, deseosas de sentir la solidez tozuda de la tierra, su beso opaco...

(...)

Y llegó
el silencio de la tarde
azul
morado
rojo

Vino hacia el río
hacia la quieta
y oscura
majestad del agua
vino hasta los árboles
hasta el puente
cayó sobre los barcos
se tendió en las islas
se difundió en el aire
pesada ahora
casi violeta
sin humo
sin una nube

Un barco cruzó
rezando el agua

Luego
el silencio de la tarde
entró en mi corazón
desolado.

Hugo Gola

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