Una historia de verano
Cuando el colibrí
hunde su pico
en la trompeta de la parra
en el embudo
de las flores
y su lengua
se hunde
palpitante
me enciendo
otra vez, me sorprendo:
pequeñas cosas, a nuestro alcance
existen en el mundo
que no están hechas
de oro
ni de poder —
que nadie posee
ni puede comprar
ni con una montaña de dinero —
que simplemente
flotan sobre el mundo
o vagan por el campo
o en los jardines
o en lo alto de las parras...
Mary Oliver
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