viernes, 18 de septiembre de 2015


EL POEMA

Mi mano no sabe por qué escribe el poema;
mi corazón ha recogido un destello del mundo,
hace ya mucho tiempo,
y dirige la mano sumisa, ordena sus gestos en la noche.
El poema, ¡la cerrada totalidad!
La fría palabra se llena de luz cálida
y sus rayos penetran las sustancias reales,
plenas al tacto, la piel de la tierra;
en su círculo de oro la sangre se nutre y aguarda,
piedra cincelada por el porvenir.
Mi mano no sabe; a veces,
mi corazón a creído saber;
mi corazón,
espejo mudo,
núcleo del tiempo,
azar oscuro en un tejido de ricas mañanas

JUAN JOSÉ SAER

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