miércoles, 23 de septiembre de 2015


La Niña Extraña

Tenía un grillo entre las sienes 
y sabía decir mariposa. 
Lo demás lo ignoraba.
Un día descubrió que Dios no era una alondra. 
Otro día 
les dijo a las simientes 
que sería más lindo brotar alas.
Al fin 
se convenció de que en el mundo
hay demasiadas cosas sabias. 
Y se fue despacito,
caminando,
caminando hasta el alba.

Ana Emilia Lahitte

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