domingo, 17 de junio de 2018


Un pájaro se puede detener
en la punta de un árbol y abarcar
la inmensidad del cielo. Yo también,
sentado frente al muro,

me detengo en la punta
del álamo y contemplo
la inmensidad. La surcan pensamientos

involuntarios. ¡Cuántas nubes
fugaces, cuántas aves,
sucesivas!

Y las dejo pasar... y son tragadas
por este espacio inmenso
que soy yo:

sereno, transparente, luminoso
¿quién soy
Yo?

Hugo Padeletti


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