jueves, 31 de julio de 2014


LA PURA VERDAD

Si ustedes lo permiten,
prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo
motivos para quejarme o protestar:

siempre he vivido en la gloria: nada
importante me ha faltado.

Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado
de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor y miedo y apremio.

Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.
  
Me averguenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe,
melancólica, débil, poco interesante,

un abanico de plumas que el viento desprecia,
caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a cualquiera o aburrir de golpe.

Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi memoria ha muerto y se queja
con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.

El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme, pero lo he derrotado para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algun día.

Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la Cenicienta, aunque algunos

me recuerden con cariño o descubran mi zapatito y también vayan muriendo.

No descarto la posibilidad
de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.

La crueldad no me asusta y siempre viví
deslumbrado por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.

Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud
y en mi destino y en la buena suerte:

sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido
y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.

Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;
compartir este calor, esta fatalidad que quieta no sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza,
nacer con cada temblor gastado en la huida

Tropiezos heridos de muerte;
esperanza y dolor y cansancio y ganas.

Estar hablando, sostener
esta victoria, este puño; saludar, despedirme

Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.

FRANCISCO URONDO

miércoles, 30 de julio de 2014


Voces
Para el corazón
que no duda,
las blancas flores del ciruelo.

* * *
Las flores han caído:
ahora nuestras mentes
están tranquilas.

* * *
Mientras dormía profundamente,
muy fatigado,
la primavera tocaba a su fin.

* * *
El mendigo
tiene el cielo y la tierra
como ropa de verano.

* * *
Silencio:
una hoja se hunde
en el agua clara.

* * *
La noche es larga;
el sonido del agua
dice lo que pienso.

* * *
Escuchamos los insectos
y las voces humanas
con distintos oídos.

* * *
El año se va:
oculto mis canas
a mi padre.


Kobayashi Issa 



martes, 29 de julio de 2014


Gotán

Esa mujer se parecía a la palabra nunca, 
desde la nuca le subía un encanto particular 
una especie de olvido donde guardar los ojos, 
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo gritaba atención 
pero ella invadía como el amor, como la noche, 
las últimas señales que hice para el otoño 
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron ruidos secos, 
caían a pedazos la furia, la tristeza, 
la señora llovía dulcemente 
sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté,
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre, 
él moverá mi boca por la última vez.

Juan Gelman

domingo, 27 de julio de 2014


YO ADORO...

Yo adoro una mujer de aire.
La sentíamos bastante como el aire,
brillante o secreta esencia, ah, de lo que nos tocaba;
alma del tiempo, sí, más allá de las formas,
sin forma siempre como el aire?
Cuando la mujer de aire se va,
no, no me digáis que las flores son flores y que la luz es luz,
que la colina sube hacia las nubes y que la tarde baja hasta las aguas
y que el anochecer viene de espejos por las lejanas islas, por las islas...
Ni menos me digáis, oh, no me digáis, que la luna de julio se ha entibiado entre las ramas...
No, no me digáis nada, que cuando la mujer de aire se va
el aire, el aire?, es una asfixia oscura,
y hay manos, muchas manos, tendidas hacia
nosotros desde otras sombras como raíces invertidas...
Pero verdad que la mujer de aire siempre vuelve?
—Siempre regresa, sí, pero no basta adorarla porque ella es la libertad.

Juan L.. Ortiz / El álamo y el viento

Despojémonos de todo aquello
seguro
que se proyecta al exterior
con trazos lentos
y definitivos.
Todos empleados en la tarea
de ser, vivir, sentir
sin otros lazos.
Y quien no atine a sofocar
su amor por lo prohibido,
reclame su derecho al dolor,
su penitencia.
Despojémonos de todo cuanto
nos conformó a imagen y semejanza
nuestra
y gustemos sabiamente para el recuerdo
el minuto absurdo y libre.

Susana Thénon

ESTOY AQUÍ

Estoy aquí 
en el mundo
en un lugar del mundo 
esperando
esperando.
Ven 
o no vengas
yo
me estoy aquí
esperando.

IDEA VILARIÑO

martes, 22 de julio de 2014


Pausa

De vez en cuando hay que hacer
una pausa
contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana
examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.

Mario Benedetti

jueves, 10 de julio de 2014


En algún lugar al que nunca viajé, alegremente más allá 
de toda experiencia, tus ojos tienen su silencio:
en tu gesto más frágil hay cosas que me encierran,
o que porque están demasiado cerca no puedo tocar
tu mirada más leve me descerrará fácilmente
aunque me haya cerrado como dedos,
tú siempre me abres pétalo a pétalo como la Primavera abre
(tocando hábil, misteriosamente) su primera rosa
y si tu deseo fuera cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy bella, repentinamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosamente por doquier;
nada que percibamos en este mundo iguala
el poder de tu fragilidad intensa: cuya textura
me compele con el color de sus campos,
trayendo la muerte y el para siempre en cada respiración
(yo no sé qué hay en ti que se cierra
y abre; apenas algo en mí comprende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas.

E. E. Cummings




miércoles, 9 de julio de 2014


Hombres necios que acusáis

Hombres necios que acusáis 
a la mujer sin razón, 
sin ver que sois la ocasión 
de lo mismo que culpáis. 

Si con ansia sin igual  
solicitáis su desdén, 
¿por qué queréis que obren bien 
si las incitáis al mal? 

Combatís su resistencia 
y luego con gravedad  
decís que fue liviandad 
lo que hizo la diligencia. 

Parecer quiere el denuedo 
de vuestro parecer loco 
al niño que pone el coco  
y luego le tiene miedo. 

Queréis con presunción necia 
hallar a la que buscáis, 
para pretendida, Tais, 
y en la posesión, Lucrecia.  

¿Qué humor puede ser más raro 
que el que, falto de consejo, 
él mismo empaña el espejo 
y siente que no esté claro? 

Con el favor y el desdén 
tenéis condición igual, 
quejándoos, si os tratan mal, 
burlándoos, si os quieren bien. 

Opinión ninguna gana, 
pues la que más se recata, 
si no os admite, es ingrata, 
y si os admite, es liviana. 

Siempre tan necios andáis 
que con desigual nivel 
a una culpáis por cruel 
y a otra por fácil culpáis. 

¿Pues cómo ha de estar templada 
la que vuestro amor pretende, 
si la que es ingrata ofende 
y la que es fácil enfada? 

Mas entre el enfado y pena 
que vuestro gusto refiere, 
bien haya la que no os quiere 
y queja enhorabuena. 

Dan vuestras amantes penas 
a sus libertades alas 
y después de hacerlas malas 
las queréis hallar muy buenas. 

¿Cuál mayor culpa ha tenido 
en una pasión errada: 
la que cae de rogada 
o el que ruega de caído? 

¿O cuál es más de culpar, 
aunque cualquiera mal haga: 
la que peca por la paga  
o el que paga por pecar? 

¿Pues para qué os espantáis 
de la culpa que tenéis? 
Queredlas cual las hacéis 
o hacedlas cual las buscáis. 

Dejad de solicitar 
y después con más razón 
acusaréis la afición 
de la que os fuere a rogar. 

Bien con muchas armas fundo  
que lidia vuestra arrogancia, 
pues en promesa e instancia 
juntáis diablo, carne y mundo.

Sor Juana Inés de la Cruz




domingo, 6 de julio de 2014


...No puedo decirte qué hace el arte y cómo lo hace, pero sé que a menudo el arte ha juzgado a los jueces, vengado a los inocentes y enseñado al futuro los sufrimientos del pasado para que nunca se olviden. Sé también que en ese caso, los poderosos le temen al arte, cualquiera sea su forma, y que esa forma de arte corre entre la gente como un rumor y una leyenda porque encuentra un sentido que las atrocidades no encuentran, un sentido que nos une, porque es finalmente inseparable de la justicia. El arte, cuando obra de ese modo, se vuelve un espacio de encuentro de lo invisible, lo irreductible, lo imperecedero, el valor y el honor...

John Berger / Cada vez que decimos adiós

martes, 1 de julio de 2014


El aromo... 

El tiempo lo guardó en su memoria
para soñar con él, en las noches de invierno.

Los labios del tiempo despiertan,
y pronuncian, mojada de lluvia,
la primera palabra que recuerdan.

Y se enciende la llama del aromo
sin temor al viento, sin envidia del sol.

El aromo es el primer día de escuela,
es una boca manchada de cerezas,
una ola amarilla de donde nace la mañana,
un vaso de vino en la mesa de los pobres.

El aromo es un domingo en la plaza de provincias,
es lo que nace de la semilla
de un hueso de niño muerto,
la amistad de las ovejas y el molino
en los viejos calendarios
y la alegría de los brazos
que renacen cuando estrechan el cuerpo de quien aman.

Jorge Teillier

Las manos...

"...Las manos son un organismo complejo, un delta dónde confluye cantidad de vida venida de lejos para verterse en el gran río de la acción..."

 Rainer María Rilke




Nocturno 3
Esta noche ha vuelto la lluvia sobre los cafetales.
Sobre las hojas de plátano,
sobre las altas ramas de los cámbulos,
ha vuelto a llover esta noche un agua persistente y vastísima
que crece las acequias y comienza a henchir los ríos
que gimen con su nocturna carga de lodos vegetales.
La lluvia sobre el zinc de los tejados
canta su presencia y me aleja del sueño
hasta dejarme en un crecer de las aguas sin sosiego,
en la noche fresquísima que chorrea
por entre la bóveda de los cafetos
y escurre por el enfermo tronco de los balsos gigantes.
Ahora, de repente, en mitad de la noche
ha regresado la lluvia sobre los cafetales
y entre el vocerío vegetal de las aguas
me llega la intacta materia de otros días
salvada del ajeno trabajo de los años.

Alvaro Mutis 

Tengo piedad de las estrellas
que brillan desde hace tanto, 
desde hace tanto tiempo... 
Tengo piedad de ellas.

¿No habrá un cansancio 
de las cosas, 
de todas las cosas, 
como de las piernas o de un brazo?

Un cansancio de existir, 
de ser, 
sólo de ser, 
o ser triste brillar o sonreír...

¿No habrá, en fin, 
para las cosas que son, 
no la muerte, pero sí
otra especie de fin,
o una gran razón,  
alguna cosa
como un perdón?

FERNANDO PESSOA


Visita...

No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.
Cuando venga a buscarme,
díganle:
"se ha mudado".

 Oliverio Girondo

LA VICTORIA...


En un libro de versos salpicado
por el amor, por la tristeza, por el mundo,
mis hijos dibujaron señoras amarillas,
elefantes que avanzan sobre paraguas rojos,
pájaros detenidos al borde de una página,
invadieron la muerte,
el gran camello azul descansa sobre la palabra ceniza,
una mejilla se desliza por la soledad de mis huesos,
el candor vence al desorden de la noche.

JUAN GELMAN

ELEGÍA PICHÓN GARAY ...

Deberes 
y un cielo, azul, que se hunde
en el ramo de tardes
que atravieso
como quien se levanta, ciego,
desde una cama de ceniza. 

Bienaventurados 
los que están en la realidad
y no confunden
                      sus fronteras.

JUAN JOSÉ SAER