domingo, 31 de mayo de 2015


LAS PERSONAS CURVAS

Mi madre decía: a mí me gustan
las personas rectas

A mí me gustan las personas curvas,
las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el mundo es curvo
y la tierra es curva
y el movimiento es curvo;
y me gustan las curvas
y los pechos curvos
y los culos curvos,
los sentimientos curvos;
la ebriedad: es curva;
las palabras curvas:
el amor es curvo;
¡el vientre es curvo!;
lo diverso es curvo.
A mí me gustan los mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
la alegría es curva,
el dolor es curvo;
las uvas: curvas;
las naranjas: curvas;
los labios: curvos;
y los sueños; curvos;
los paraísos, curvos
(no hay otros paraísos);
a mí me gusta la anarquía curva.
El día es curvo
y la noche es curva;
¡la aventura es curva!
Y no me gustan las personas rectas,
el mundo recto,
las ideas rectas;
a mí me gustan las manos curvas,
los poemas curvos,
las horas curvas:
¡contemplar es curvo!;
(en las que puedes contemplar las curvas
y conocer la tierra);
los instrumentos curvos,
no los cuchillos, no las leyes:
no me gustan las leyes porque son rectas,
no me gustan las cosas rectas;
los suspiros: curvos; 
los besos: curvos;
las caricias: curvas.
Y la paciencia es curva.
El pan es curvo
y la metralla recta.
No me gustan las cosas rectas
ni la línea recta:
se pierden
todas las líneas rectas;
no me gusta la muerte porque es recta,
es la cosa más recta, lo escondido
detrás de las cosas rectas;
ni los maestros rectos
ni las maestras rectas:
a mí me gustan los maestros curvos,
las maestras curvas.
No los dioses rectos:
¡libérennos los dioses curvos de los dioses rectos!
El baño es curvo,
la verdad es curva,
yo no resisto las verdades rectas.
Vivir es curvo,
la poesía es curva,
el corazón es curvo.
A mí me gustan las personas curvas
y huyo, es la peste, de las personas rectas. 

Jesús Lizano

MAMÍFEROS

Yo veo mamíferos.
Mamíferos con nombres extrañísimos.
Han olvidado que son mamíferos
y se creen obispos, fontaneros,
lecheros, diputados. ¿Diputados?
Yo veo mamíferos.
Policías, médicos, conserjes,
profesores, sastres, cantoautores.
¿Cantoautores?
Yo veo mamíferos…
Alcaldes, camareros, oficinistas, aparejadores
¡Aparejadores!
¡Cómo puede creerse aparejador un mamífero!
Miembros, sí, miembros, se creen miembros
del comité central, del colegio oficial de médicos…
Académicos, reyes, coroneles.
Yo veo mamíferos.
Actrices, putas, asistentas, secretarias,
directoras, lesbianas, puericultoras…
La verdad, yo veo mamíferos.
Nadie ve mamíferos,
nadie, al parecer, recuerda que es mamífero.
¿Seré yo el último mamífero?
Demócratas, comunistas, ajedrecistas,
periodistas, soldados, campesinos.
Yo veo mamíferos.
Marqueses, ejecutivos, socios,
italianos, ingleses, catalanes.
¿Catalanes?
Yo veo mamíferos.
Cristianos, musulmanes, coptos,
inspectores, técnicos, benedictinos,
empresarios, cajeros, cosmonautas…
Yo veo mamíferos.

Jesús Lizano



MANIFIESTO POÉTICO

¡En nombre
de todos los Caballeros
de la Poesía
que en el mundo fueron
llamo a todos los soñadores,
a todos los poetas
para manifestaros
en la calle (¡la calle
es suya
y no de los voceras!)
frente a la lucha por el dominio!
¡A su horror! ¡A su locura!
¡Adelante la columna poética!

¡Compañeros!
¡Todos compañeros!
¿O no tenemos
los mismos problemas,
la misma esencia?
¿Nadie lo recuerda?
“Mi patria es el mundo,
mi familia
la humanidad entera”,
el humanismo poético
mi humanismo.

Los otros,
los hemos vivido,
¡vaya
si los hemos vivido!
se pierden en esa lucha,
llenos de insufrible retórica.
¡Llenos!

¡Llamo a todos los soñadores,
a todos los poetas!
¡Reclamemos
el fin de cuanto nos divide
olvidando lo que nos une,
nuestro destino
de seres mortales y creativos,
de cuanto origina
un mundo de dominantes
y sometidos,
enfermos y confusos,
de cuanto impide
la libertad de sentir,
el vuelo del pensamiento,
nuestra vida interior
liberada de todo
lo que imponen y mentalizan
los retóricos enloquecidos,
los voceras!
¡No al Mundo Real Político!
¡Todos a la conquista
de nuestra plenitud humana,
del Mundo Real Poético,
el que, por fin, supere
esa locura que nos destruye,
que impide la plenitud
para la que hemos nacido,
los sueños
para los que vivimos!
¡O para qué vivimos!
¡De qué nos sirve
un continente deslumbrante
carcelero
de nuestro humanismo contenido!
¡De nuestro heroico contenido!

¡Soñadores! ¡Poetas!
Frente a las víctimas inocentes
no llorar, no lamentarse:
¡que lloren los cocodrilos!
Luchemos para que acabe
la sed de dominio
causa de nuestra barbarie.
Salvemos nuestra mente
de todo lo ensombrecido.
¡No al racionalismo
que impide la libertad
de nuestro mundo íntimo!
¡No al irracionalismo
que la enloquece con sus símbolos!,
terribles enfermedades
no señaladas por los médicos.
¡Pobres de nosotros
en manos de los médicos,
los físicos y los metafísicos!
¡Qué saben
de nuestro sufrimiento,
de nuestro destino!

¡Vean, vean,
el reino de la Diosa,
la diosa Razón enferma!
¡El reino de sus voceras!

¡No a la “crítica” de la Razón pura!
¡No a la “crítica”
de la Razón práctica!
¡Crítica
a la Razón enloquecida!
¡A sus pozos,
causa de las mismas!

La Razón crea mitos
que nos sacan los ojos.
¡Derribemos
todos sus monumentos,
todos sus Palacios,
todos sus Reinos!
¡Salvemos nuestra especie
de esa locura! ¡Merecemos
un mundo de plenitud,
un Mundo Real Poético!
¿La Revolución? ¡Será poética
o no será! ¡Manifestemos
al Mundo Real Poético!

Todo es profundo y sencillo
si lo miramos no con ojos
racionalistas sino con ojos
poéticos.

Y no gritar: ¡”No a la guerra”
sino a la lucha por el dominio
causa de todas ellas!
¡Las causas no los efectos!
¡Las vidas no las ideas!
¡Asambleas
no compartimentos
con nombres extrañísimos!
¡No voceras!

Sólo desde la altura
de nuestro libre vuelo
podemos comprender las cosas
y comprendernos.

Denunciemos este delirio.
Invitemos a todos los inocentes
perdidos entre sus voces
que llevan a esa lucha,
todos perdidos
entre las falsas verdades
y sus terribles ecos.
Lo poético no lo político
nos lleva a la plenitud, a la Belleza,
entre nuestros límites y posibles
verdaderos.
Es nuestra consciencia
la que ilumina la Belleza,
nuestra Razón quien la ciega.
¡Sus voceros!
Y qué es la libertad
sino la luz de la conciencia.

¡Soñadores! ¡Poetas!
La libertad de pensar
y de sentir
es el aire.
Porque sin ese aire
no hay quien respire, no hay quien sea,
¡no hay quien se salve!
¡No cambiaremos
sin ella!

Sin ella
sólo tenemos
palabras. Quién
tiene voz sin ella.
¡Todos únicos! ¡Todos compañeros!
¡Adelante la columna poética!
¡En nombre de la libertad, en nombre
de todos los ingenuos
Caballeros Andantes!
¡En nombre de nuestra especie!
¡A la conquista
de la tierra prometida
por nuestros orígenes,
por nuestros sueños!
¡A la conquista de la inocencia!

Jesús Lizano

viernes, 29 de mayo de 2015

  
TESTIMONIAL

Allí están,
allí estaban
las trashumantes nubes,
la fácil desnudez del arroyo,
la voz de la madera,
los trigales ardientes,
la amistad apacible de las piedras.

Allí la sal,
los juncos que se bañan,
el melodioso sueño de los sauces,
el trino de los astros,
de los grillos,
la luna recostada sobre el césped,
el horizonte azul,
¡el horizonte!
con sus briosos tordillos por el aire.

¡Pero no!
Nos sedujo lo infecto,
la opinión clamorosa de las cloacas,
los vibrantes eructos de onda corta,
el pasional engrudo
las circuncisas lenguas de cemento,
los poetas de moco enternecido,
los vocablos,
las sombras sin remedio.

Y aquí estamos:
exangües,
más pálidos que nunca;
como tibios pescados corrompidos
por tanto mercader y ruido muerto:
como mustias acelgas digeridas
por la preocupación y la dispepsia;
como resumideros ululantes
que toman el tranvía
y bostezan
y sudan
sobre el carbón, la cal, las telarañas;
como erectos ombligos con pelusa
que se rascan las piernas y sonríen,
bajo los cielorrasos
y las mesas de luz
y los felpudos;
llenos de iniquidad y de lagañas,
llenos de hiel y tics a contrapelo,
de histrionismos madeja,
yarará,
mosca muerta;
con el cráneo repleto de aserrín escupido,
con las venas pobladas de alacranes filtrables,
con los ojos rodeados de pantanosas costas
y paisajes de arena,
nada más que de arena.

Escoria entumecida de enquistados complejos
y cascarrientos labios
que se olvida del sexo en todas partes,
que confunde el amor con el masaje,
la poesía con la congoja acidulada,
los misales con los libros de caja.
Desolados engendros del azar y el hastío,
con la carne exprimida
por los bancos de estuco y tripas de oro,
por los dedos cubiertos de insaciables ventosas,
por caducos gargajos de cuello almidonado,
por cuantos mingitorios con trato de excelencia
explotan las tinieblas,
ordeñan las cascadas,
la edulcorada caña,
la sangre oleaginosa de los falsos caballos,
sin orejas,
sin cascos,
ni florecido esfínter de amapola,
que los llevan al hambre,
a empeñar la esperanza,
a vender los ovarios,
a cortar a pedazos sus adoradas madres,
a ingerir los infundios que pregonan las lámparas,
los hilos tartamudos,
los babosos escuerzos que tienen la palabra,
y hablan,
hablan,
hablan,
ante las barbas próceres,
o verdes redomones de bronce que no mean,
ante las multitudes
que desde un sexto piso
podrán semejarse a caviar envasado,
aunque de cerca apestan:
a sudor sometido,
a cama trasnochada,
a sacrificio inútil,
a rencor estancado,
a pis en cuarentena,
a rata muerta.

Oliverio Girondo 

miércoles, 27 de mayo de 2015


EL TRATO

Pensar que ya tenemos por delante
el invierno, le dije anoche al Tata
acordando que ninguno de los dos
hacemos muy buen trato con el frío.
Después de un rato de silencio, como
asestándolo, me miro y dijo bueno,
si hay trabajo pesa menos, uno
mueve el cuerpo y allí afuera sale
el sol y calienta mejor que adentro
de las casas. Y este año algo tengo 
para pasar el invierno, el ponchito
de los pobres, ¿no?, el sol, sonrió
por haber hallado la frase esperando
mi aprobación. Blanco poncho de nieve
o abriguito del pobre. Lo vi pensar
en los niños entonces, con el precio
del keronsén y las garrafas. ¿Has
visto en las villas cómo sale todo 
el mundo para afuera a media mañana?
Da gusto, y da pena. Yo me vuelvo
a mi casa caminando despacio
con un consuelo: se vendrá el invierno
pero el sol, el ponchito estará ahí,
protegiéndonos.

DIANA BELLESSI

martes, 26 de mayo de 2015


LOLA JATTIN

Más allá de la noche que titila en la infancia 
Más allá incluso de mi primer recuerdo 
Está Lola - mi madre - frente a un escaparate 
empolvándose el rostro y arreglándose el pelo 
Tiene ya treinta años de ser hermosa y fuerte 
y está enamorada de Joaquín Pablo - mi viejo - 
No sabe que en su vientre me oculto para cuando necesite 
su fuerte vida la fuerza de la mía 
Más allá de estas lágrimas que corren en mi cara 
de su dolor inmenso como una puñalada 
está Lola - la muerta - aún vibrante y viva 
sentada en un balcón mirando los luceros 
cuando la brisa de la ciénaga le desarregla 
y el pelo y ella se lo vuelve a peinar 
con algo de pereza y placer concertados 
Más allá de este instante que pasó y que no vuelve 
estoy oculto yo en el fluir de un tiempo 
que me lleva muy lejos y que ahora presiento 
Más allá de este verso que me mata en secreto 
está la vejez - la muerte - el tiempo incansable 
cuando los dos recuerdos: el de mi madre y el mío 
sean sólo un recuerdo solo: este verso

RAÚL GÓMEZ JATTIN

EL SUR

Desde uno de tus patios haber mirado
las antiguas estrellas,
desde el banco de
la sombra haber mirado
esas luces dispersas
que mi ignorancia no ha aprendido a nombrar
ni a ordenar en constelaciones,
haber sentido el círculo del agua
en el secreto aljibe,
el olor del jazmín y la madreselva,
el silencio del pájaro dormido,
el arco del zaguán, la humedad
-esas cosas, acaso, son el poema.

 Jorge Luis Borges

lunes, 25 de mayo de 2015


VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Miguel Hernández

domingo, 24 de mayo de 2015


Milonga de Manuel Flores

Música: Aníbal Troilo
Letra: Jorge Luis Borges

Manuel Flores va a morir,
eso es moneda corriente;
morir es una costumbre
que sabe tener la gente.

Y sin embargo me duele
decirle adiós a la vida,
esa cosa tan de siempre,
tan dulce y tan conocida.

Miro en el alba mis manos,
miro en las manos las venas;
con estrañeza las miro
como si fueran ajenas.

Vendrán los cuatro balazos
y con los cuatro el olvido;
lo dijo el sabio Merlín:
morir es haber nacido.

¡Cuánto cosa en su camino
estos ojos habrán visto!
Quién sabe lo que verán
después que me juzgue Cristo.

Manuel Flores va a morir,
eso es moneda corriente:
morir es una costumbre
que sabe tener la gente.




sábado, 23 de mayo de 2015


Llueve

Llueve
sobre la arena, sobre el techo
el tema
de la lluvia:
las largas eles de la lluvia lenta
caen sobre las páginas
de mi amor sempiterno,
la sal de cada día:
regresa lluvia a tu nido anterior,
vuelve con tus agujas al pasado:
hoy quiero el espacio blanco,
el tiempo de papel para una rama
de rosal verde y de rosas doradas:
algo de la infinita primavera
que hoy esperaba, con el cielo abierto
y el papel esperaba,
cuando volvió la lluvia
a tocar tristemente
la ventana,
luego a bailar con furia desmedida
sobre mi corazón y sobre el techo,
reclamando
su sitio,
pidiéndome una copa
para llenarla una vez más de agujas,
de tiempo transparente,
de lágrimas.

Pablo Neruda 

viernes, 22 de mayo de 2015


AUSENCIA

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.

Jorge Luis Borges 

jueves, 21 de mayo de 2015


Enero

Dios mío,se abre,
el instante consagra
la rosa en el aire
pequeña y perfecta
Es boca entreabierta
de un pálido ámbar
de bella innombrable
¿Pulverizarse? No,
tan sólo entregarse
Volvernos la rosa

Diana Bellessi



Abstraction White Rose,Georgia O'Keeffe




miércoles, 20 de mayo de 2015


Presentimiento

Durante muchos días me seguiste.
En el canto del pájaro, en las sombras,
en las modulaciones del espacio:
aprendí a conocerte.
Yo sentía tu luz atravesarme
como una flecha de oro envenenada.
Te desobedecía arrepentida.
Me hablabas en secreto.
En los espejos rotos, en la tinta
azul de los cuadernos que dejabas
sobre la mesa de mi dormitorio.
Yo temblaba al mirarte, yo temblaba
como tiemblan las ramas reflejadas
en el agua movida por el viento.
Ahora que conozco tus señales,
tu piel y tus orejas, tu semblante,
no trataré de desobedecerte,
y me arrodillaré frente a tu imagen,
implacable sibila que me sigues.

Silvina Ocampo


Pienso que en este momento
tal vez nadie en el universo piensa en mí,
que sólo yo me pienso,
y si ahora muriese,
nadie, ni yo, me pensaría.
Y aquí empieza el abismo,
como cuando me duermo.
Soy mi propio sostén y me lo quito.
Contribuyo a tapizar de ausencia todo.
Tal vez sea por esto
que pensar en un hombre
se parece a salvarlo.

Roberto Juarroz

martes, 19 de mayo de 2015


El amenazado

Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado,
pero como siempre es la única.
¿ De qué me servirán mis talismanes:
el ejercicio de las letras,
la vaga erudición
el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte 
para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad,
las galería de las bibliotecas
las cosas comunes,
los hábitos
el joven amor de mi madre,
la sombra militar de mis muertos,
la noche intemporal,
el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo,
es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente,
ya el hombre se levanta a la voz del ave,
ya se han oscurecido los que miran por la ventana,
pero la sombra no ha traído la paz.
Es ya lo se, el amor:
la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria
el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías,
con su pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos que cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo. 

Jorge Luis Borges