martes, 28 de junio de 2016


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Mis ojos de plaza pública
Mis ojos de silencio y de desierto
El dulce tumulto interno
La soledad que se despierta
Cuando el perfume se separa de las flores y emprende el viaje
Y el río del alma largo largo
Que no dice más ni tiempo ni espacio

Un día vendrá ha venido ya
La selva forma una sustancia prodigiosa
La luna tose
El mar desciende de su coche
Un jour viendra est déjà venu
Y Yo no digo más ni primavera ni invierno

Hay que saltar del corazón al mundo
Hay que construir un poco de infinito para el hombre

Vicente Huidobro

jueves, 16 de junio de 2016


YO HE SIDO DE ESAS 

He salido al mundo, una bruja poseída,
rondando el aire negro, más valiente por ello;
soñando el mal, he sobrevolado
las casas planas, de luz en luz:
pobre solitaria, con mis 12 dedos, enajenada.
Una mujer así no es una mujer, lo sé.
Yo he sido de ésas.
He encontrado las cuevas tibias del bosque,
las he llenado de sartenes, esculturas, estantes,
de armarios, sedas, de incontables bienes;
he preparado la cena para gusanos y elfos:
llorando, aullando, ordenando lo que estaba mal.
A una mujer así no se la comprende.
Yo he sido de ésas.
He viajado contigo, carretero, saludando
con los brazos desnudos a los pueblos que pasaban,
aprendiéndome las últimas rutas de la claridad, superviviente
allí donde tus llamas aún muerden mis muslos
y crujen mis costillas bajo la presión de tu carreta.
Una mujer así no se avergüenza de morir.
Yo he sido de ésas

ANNE SEXTON

martes, 14 de junio de 2016


asoma octubre
como un viejo barco
que anda entre las flores

los pájaros
construyen su cristalería
por los jardines

el aguaribay
teje y desteje con el aire
tules para la suavidad de la luna

Felipe Aldana

su mejilla
era la tarde reclinada

crecían palabras
con el gran sosiego de los árboles

al vestir su alma
el silencio

la noche
hilaba ya el tintinear de sus cabellos

Felipe Aldana

del azar
tomó cuatro palabras
las puso de corral
contra los vientos

y esperó una vida
que el infinito
quedara dentro

Felipe Aldana

lunes, 13 de junio de 2016



Coplas al agua

Agüita de río manso, fresca y clarita, 
libre como venís;
no han de acorralarte mis manos.
siempre andarás en mí, siempre andarás.

Agüita de niebla densa, tapa el camino 
y no se puede seguir.
sólo queda verse a uno mismo,
siempre andarás en mí, siempre andarás.

Agüita que hay en mis ojos, lago profundo
que no quiere salir
y que rebalsás de nostalgia,
siempre andarás en mí, siempre andarás.

Agüita que hay en el cielo, que con los vientos
te has alejado de aquí
queda tu regalo en mi suelo,
siempre andarás en mí, siempre andarás.

Juan Quintero



domingo, 5 de junio de 2016


Como la momia de una niña de Paracas

Un sauce
se levanta en los fondos de la casa.
Los años van pudriéndole la base
y muestra un hueco
donde se deshace la madera
volviéndose hongos, hilachas.
Podría entrar allí y encogerme
para dormir
como la momia de una niña de Paracas.
Solito
se muere el árbol. Navegando
el insondable viaje de la tierra.

Diana Bellessi


...Empezó a cantar una canción. Rendida de
amor, y de terror, supe que su voz creaba
la mitad secreta del mundo...

Diana Bellessi






Todo vuelve otra vez

Todo vuelve otra vez
todo inicia en la luz
su juego claro

Ojos cayendo sobre el río
un ombú solitario
el recuerdo
desgarrando la palabra

Parte de esta savia soy
de esta desazón soy parte

Dylan Thomas
auxíliame por Dios

Dylan
maestro de alcoholes
y de fuegos
estoy perdido
no encuentro ahora
en esta tarde de domingo
más que un cielo de cine
una caída triste
un desierto constante

Dylan
auxíliame por Dios
El mundo no es para mí

Álamos
agudos álamos
¿Me moriré quizá
en un domingo tan viudo
como éste?

Hugo Gola




(...)

...¿Ves esa niebla que anda como desprendiéndose del río, la ves ahora, casi rodando el suelo, acariciante y huidiza sobre los pajonales secos, amarilleado por la escarcha de un otoño desmedido? Son nubes, nubes que han bajado, cansadas de tanto movimiento puro, sin apoyo, deseosas de sentir la solidez tozuda de la tierra, su beso opaco...

(...)

Y llegó
el silencio de la tarde
azul
morado
rojo

Vino hacia el río
hacia la quieta
y oscura
majestad del agua
vino hasta los árboles
hasta el puente
cayó sobre los barcos
se tendió en las islas
se difundió en el aire
pesada ahora
casi violeta
sin humo
sin una nube

Un barco cruzó
rezando el agua

Luego
el silencio de la tarde
entró en mi corazón
desolado.

Hugo Gola


El verdadero descanso 

Sí, estamos todos cansados, y nos olvidamos demasiado del oro del
otoño. Acaso la revolución consista en lo que el hombre por siglos ha
estado postergando: la necesidad del verdadero descanso, el que permite
ver cómo crecen, día a día, las florcitas salvajes… El hombre necesita
mirar las flores y mirar el cielo…

Juan L. Ortiz




EL PAISAJE Y EL HOMBRE


Todo sube en la quietud levemente azulada

de esta infinita mujer de tala y sauce,

esta mujer de aquí,

asomada al cielo caído en el río

como un flor de luz.

La vida tenue se escapa,

casi transparente, por las chimeneas de las casitas, loma arriba.

¿Qué será esto inclinado al paisaje

mirador de lo verde y lo lejano?


Son tan tiernos el pájaro y la nube

que en un momento parecen escucharse y comprenderse,

y la vaca, como un árbol más del campo,

apenas vuelve sus ojos, comprendiendo.


Pienso en el hombre que tiene su raíz en esta tierra,

que alimenta su mirada hacia las lomas rojizas

y así, con sus pies nacidos en lo hondo de la hierba,

ha tenido que ponerle ruedas a su rancho.

Mientras, el campo sigue bajando hacia el atardecer

y la brisa pasa como blando cuchillo,

cortándoles el olor a los retoños.

En cada hoja ondea un oculto deseo

de abrazar la tierra y morir

para nacer nuevo

y seguir siendo joven, húmeda y brillante.


¡No, no! No tiene dueños la tierra verdadera:

el chisperío rojo del seibo ¿para quién florece?

O su hermano gemelo el cardenal

¿quién le ordena su canto?...


El río sigue llevando la tarde

y desata poco a poco su cinta roja

entre los juncos amorosos.


Juan José Manauta